Un coche que se conduce solo

Los coches automatizados que está construyendo Google no solamente conducen por su cuenta; de hecho ni siquiera están preparados para ser conducidos por un ser humano. No tienen pedales, volante ni, obviamente, asiento del conductor. Los prototipos que ha construido el gigante tecnológico a través de acuerdos con distintas compañías tienen capacidad para dos pasajeros, según desveló ayer el co-fundador de la empresa Sergei Brin en una conferencia en California.

Los vehículos disponen de un botón de arranque, que junto a otro para realizar una parada de emergencia, son los únicos puntos de interacción física del pasajero con el coche, que se controlará a partir de una aplicación para móvil en la que el usuario seleccionará el destino final.

El objetivo de la empresa es construir 200 coches de este tipo en los próximos dos años para que circulen en algunas ciudades de EEUU.  Google ha trabajado con coches robotizados desde 2009, si bien hasta el momento la empresa trabajaba incorporando sistemas de conducción automática (sensores laser o radares) a vehículos estándar, como Toyota Prius o Lexus. Estos prototipos, que han estado circulando por las calles de Mountain View, donde el gigante tecnológico tiene su sede, requieren de un conductor en su asiento para hacerse cargo de determinadas situaciones.

La diferencia con el prototipo actual es que, al operar automáticamente, pueden operar de un modo diferente, pasando a recoger a sus pasajeros y comportarse como una flotilla de pequeños tranvías. “Diez segundos después de montarme estaba revisando el correo, me había olvidado de dónde estaba”, comentó Brin sobre su experiencia en uno de estos automóviles, similar a un Smart o a un Volkswagen Beetle.

Brin no detalló si la empresa prevé construir y vender los coches por su cuenta, limitándose a apuntar que “trabajará con socios”. Actualmente tienen la velocidad máxima limitada a 40 kilómetros por hora, si bien según Brin no hay razón para que no vayan más deprisa si se demuestran seguros. El frontal del coche tiene una gruesa capa de espuma (61 centímetros) y el acristalamiento es de plástico.

“En dos años habremos superado las métricas de seguridad que nos hemos fijado, esto es, que estos coches sean significativamente más seguros que un conductor humano, y esperamos empezar las pruebas y que se puedan usar en algunas ciudades. Algunos estados ya han aprobado la circulación de automóviles sin conductor.


Fuente: http://cincodias.com/cincodias/2014/05/28/empresas/1401256411_835731.html

Damián Moar Botana, 1ºBach A

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